Autor: Ruth Del Carmen Silva Peñaloza
Seudónimo: Ruthy
Año: 2017 – Mención Honrosa
Pedro sale de su casa temprano esa mañana, va muy entusiasmado, en dirección a una entrevista. Él está postulando al puesto de jefe zonal para una gran empresa, el trabajo de sus sueños, sabe que hoy tiene que jugársela el todo por el todo. Pedro llega hasta el paradero, y se encuentra con su vecino Juan, que está muy nervioso esperando locomoción. Entonces se ponen a conversar los dos, y sale el tema de la entrevista de Pedro, y resulta que Juan va a la misma entrevista y está postulando al mismo puesto.
-Qué buen compadre, vamos a competir por el mismo puesto, entonces vámonos juntos en el mismo taxi, ¿qué te parece? – Le pregunta Pedro
A lo que Juan responde, con una sonrisa falsa tratando de disimular su descontento
-bueno, si porque no-
Unos minutos más tardes ya están a bordo de un taxi que los lleva por la carretera para de ahí dirigirse hacia la ciudad satélite, y evitar el colapsado tráfico de esa hora por dentro de la ciudad, cuando de pronto el motor del auto comienza a sonar muy extraño, terminando unos pocos metros más adelante con el auto totalmente detenido y el motor muerto. El chofer intento todo lo posible arreglar el problema, pero sin éxito, y más encima escuchando a Juan reclamarle que tenía que llegar
– ¡Qué más puedo hacer, oiga esto ya no es culpa mía!- Exclamó el chofer ya cansado de escucharlo
-Mejor ayúdenme a dejarlo en un costado y yo conseguiré ayuda para que nos lleven-
– ¡A no, yo lo lamento, yo estoy pagando, no para que me hagan trabajar más encima! -, Reclamó Juan y sin esperar nada más se bajó del auto y se fue caminando
Mientras tanto, fue Pedro que le indico al chofer que dirigiera el volante mientras el empujaba el auto bajo el calor de esa mañana, había unos agradables veinte y ocho grados Celsius a esa hora.
Después de dejar al chofer con su auto más a resguardo Pedro decidió ponerse a caminar para ver si podía hacer dedo, no alcanzó a caminar mucho cuando se encuentra con Juan, que está sentado a la orilla del camino, el calor lo había hecho detenerse, y aun no había podido conseguir nada que lo acercara a la empresa, estaban los dos hombres ahí, cuando pasa un pequeño camión viejo, cargado con unos cuantos sacos de papas. Se detiene al lado de ellos, y un hombre mayor de pintoresca barba blanca baja el vidrio y les dice:
-¿Necesitan que los lleve a alguna parte?-
Juan le explicó donde tenían que ir a lo que el dueño del camión replicó:
-Bueno yo los puedo llevar, pero van a tener que decidir quién se va en la cabina y quien se va atrás, no tengo más espacio-. Apenas termino de hablar cuando Juan ya estaba acomodado en la cabina, y a Pedro no le quedo otra que acomodarse entre los sucios sacos de papas.
El viaje termino sin percances esta vez, el hombre se estaciono en una bodega, muy cerca de donde estaban los edificios de la empresa, y el chofer bajando del camión les dijo a los dos hombres:
-Ya llegamos allá está la empresa, pero antes de que se vayan seria de mucha ayuda si me cooperaran para bajar estos sacos de papas, no son muchos-
-A mí me va a disculpar, yo le agradezco, pero ya estoy en la hora- indico muy campante Juan tomando su chaqueta y sin más camino hacia los edificios que estaban al frente.
Entonces Pedro arremangándose la camisa le dijo al hombre de barba:
-Vamos yo le ayudo señor-
Pasaron quince minutos, hasta que quedaron todos los sacos en la bodega, y despidiéndose del chofer, Pedro salió sacudiéndose la ropa en dirección a la oficina, donde al cabo de dos minutos ya entraba en el hall de recepción sacudiendo su chaqueta para sacar los últimos vestigios de polvo, y la secretaria después de verificar su identidad lo condujo hacia una sala de reuniónes, Pedro por su parte trataba infructuosamente de sacarse unas manchas de tierra de la camisa blanca que no saldrían nunca, cuando se dio cuenta ya estaba dentro de la sala y sentado enfrente de una gran mesa estaba el gerente de la empresa, y a un costado, Juan quien le indicaba con el dedo en su reloj que era tarde, más que nada para aparentar delante del gerente que podía controlar a los demás.
Pedro pidió disculpas por llegar tarde, sabía que se estaba jugando un puesto que el quería y que ya había cometido el primer error, y que eso le podía costar quedarse debajo de esta oportunidad, pero para sorpresa de él, la sonrisa amable del gerente, un hombre delgado de edad indefinida, pero sobre los cincuenta años, lo invito a sentarse y pidió que le trajeran un vaso de agua, fue entonces que el habló:
-Les doy las gracias a ambos por venir, ustedes son los dos postulantes que quedaron seleccionados de entre veinte personas, y de entre ustedes dos saldrá el nuevo jefe zonal, representante de nuestra empresa internacional-. Y agregó apoyando los brazos en la amplia mesa de color caoba, mientras hacia una pirámide con la punta de los dedos:
-Primero les diré porque elegí a la persona para este puesto, y después sabrán el nombre del elegido-
-Liderazgo, poder de decisión y ambición, son alguno de los factores importantes en una empresa-. Juan sacaba pecho en ese momento, muy seguro de sí mismo porque sabía que él tenía esos atributos, comenzando por la ambición.
-Pero…- Dijo el gerente –En esta empresa también son muy importantes otras habilidades-
-Señor Jiménez, pase y cuénteles usted por favor.
El hombre entró en la sala y se sentó a la derecha del gerente. Juan y Pedro se miraron sorprendidos. ¡Era el chofer del taxi que ambos habían tomado esa mañana!
-El señor Jiménez es el gerente del departamento de estrategia y capacitación. –
-Cooperación Señores, es otras de las habilidades necesarias para el cargo al que están postulando, es esencial cuando se está a cargo de un grupo de trabajo. –
-Por eso Pedro obtiene un siete y Juan uno-
-Ahora veremos que tiene que decir el gerente de recursos humanos- Indicó el gerente
Entonces entra un hombre vistiendo un impecable traje de color azul y una pintoresca barba blanca. Juan simplemente agachó la cabeza, no lo podía creer la persona que había entrado en la sala era nada menos que el chofer del viejo camión de papas.
-Disposición y buena actitud ante la adversidad es el temple que debe tener un jefe zonal-
-Pedro, muy bien, excelente, Juan debes mejorar-
Ya para esto, Juan solo quería salir de esa sala, toda su seguridad se le había ido al piso, entonces el gerente se levantó de su silla y dijo claramente:
-Pedro, bienvenido a la empresa, eres el nuevo jefe zonal, ¡felicitaciones! –
Entonces Juan no aguanto más y exclamó
– ¡Esto fue una trampa!, ¿cómo es posible que hagan algo así? –
-Esto caballero, es una tradición en esta empresa, un legado que dejó el fundador, y que usaba este método cada vez que tenía que contratar a alguien para un alto cargo de importancia. –
-Pues como él decía: a un hombre lo conocerás de verdad poniéndolo a tomar decisiones donde las papas queman, no hay curriculum ni referencias que te hablen tan claro de una persona como la presión de tener que decidir qué es lo correcto.